sábado, 1 de septiembre de 2012

En El Correo de Andalucía

Félix G. Modroño | Nueva novela del autor afincado en Sevilla
Al poco de ver la luz, La ciudad de los ojos grises, ha agotado su primera edición. Su autor, sevillano de adopción, regresa a su Bilbao natal de la mano de una misteriosa muerte.

“La mezcla de géneros es enriquecedora, pero ninguno debe dominar”

Alejandro Luque (Sevilla)

Eduardo Mendoza le contó a Félix G. Modroño (Vizcaya, 1965) que para escribir sobre la propia ciudad, hay que tomar distancia. Y eso es lo que ha hecho en La ciudad de los ojos grises (Algaida), una novela que ha agotado su primera edición al poco de ver la luz. “Sentía la necesidad de homenajear a Bilbao, de imprimir cierto aire evocador para hacer de ella una ciudad literaria”, explica el autor, afincado desde hace años en la capital hispalense. “He escrito esta novela entre Sevilla y Salobreña. Para ello viajé cien años hacia atrás hasta llegar al período transcendental de Bilbao, cuando pasó de tener 18.000 habitantes a albergar 100.000 almas en muy pocos años. Ese fenómeno demográfico, casi sin precedentes, y todo lo que acarreó, marcó de forma indeleble tanto a Bilbao como al resto del País Vasco”, explica.
Autor de novelas como La sangre de los crucificados o Muerte dulce, la saga aventurera protagonizada por el doctor Fernando de Zúñiga, Modroño cree que “todas mis novelas tienen denominadores comunes: se desarrollan en el pasado y giran en torno a un crimen. Y aunque en ellas también existe una trama sentimental, este componente emocional es mucho más intenso en La ciudad de los ojos grises. Supongo que ello también se ha traducido en la manera de escribir, algo más lírica, quizá”, agrega.
La nueva obra narra el regreso a Bilbao de un hombre que se propone averiguar las causas de la muerte de la mujer que amó, de modo que se ha hablado de hibridación de géneros: histórico, amoroso, de viajes, de intriga… “Creo que la mezcla de géneros enriquece las historias y además forma parte de la evolución de la novela en la actualidad”, opina Modroño. “Una de mis obsesiones al afrontar La ciudad de los ojos grises es que ninguno de los géneros dominase sobre el resto. Los lectores dirán si lo he conseguido”.
Lo seguro es que en esta obra es muy fácil confundir el amor a las ciudades con el amor a las personas., algo que también sucede en la vida real. “La letra de una de las canciones más bonitas que conozco dice: Cuando una canción de amores, canción tan rica, se la dedican los trovadores a una muchacha o a una ciudad. Yo no he escrito una canción sino una novela en la que cuento una preciosa historia de amor que se desarrolla al mismo tiempo que Bilbao crece. En algunos momentos, describo de la misma manera a Izarbe, la protagonista, y a Bilbao, a la que me refiero en femenino. No es casualidad que tanto Bilbao como Izarbe tengan los ojos grises”.
Modroño se refiere a su afición por la fotografía como una disciplina complementaria a su literatura: “La fotografía me ayuda a visualizar algunas escenas a la hora de escribir y darles cierto aire cinematográfico. Sin embargo, fotografía y escritura las afronto de distinto modo. Cuando estoy con la cámara en la mano, espero paciente el momento de disparar, de captar esa imagen que difícilmente volverá a repetirse. En cambio, el proceso de escritura es mucho más laborioso y hay que dejarse llevar más por la imaginación”.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la novela pero la historia de amor yo diria para no destriparla mucho que es triste e imposible.
    Yo creo que las más bonitas historias de amor son las que hacen felices a los protagonistas más que desgraciados ¿no?...

    Tatiana

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  2. Pues la verdad, Tatiana, es que yo creo que esas historias de amores imposibles, aunque puedan hacer desgraciados a los personajes, son más novelescas. Una historia de una pareja feliz donde nunca pasa nada, no sé si sería muy interesante de contar.
    Igual pasa con las canciones. Las grandes canciones de amor son más bien de desamor.
    Lo que está claro es que en la vida real a nadie le gusta sufrir.
    Gracias por comentar y un afectuoso saludo.

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