domingo, 12 de febrero de 2012

Los blogs de Portugalete

Hay veces que, en la búsqueda de un escenario, me influye la documentación existente.
Ni en Muerte dulce ni en La ciudad de los ojos grises tenía previsto pasarme por Portugalete. Sin embargo, tanto la documentación como la historia misma -y también el cariño que siento, supongo- me llevaron a visitar la villa con ojos del siglo XVII primero y de la Belle Époque, después.
Por fortuna, hay unos cuantos portugalujos tan enamorados de su tierra como yo que trabajan por recuperar su pasado y además lo hacen con resultados brillantes.
Los hay que trabajan en grupo, como los componentes del equipo editorial de la Fundación El  Abra, dirigido por Rubén Las Hayas; y otros que prefieren hacerlo en solitario como El Piloto Mayor de la Barra.
Unos y otro levan dos magníficos blogs, de los que también me he valido para documentarme en mi novela.
Gracias a la Fundación El Abra también descubrí los Cuadernos Portugalujos. 
Por último, me gustaría agradecer tanto a Roberto Hernández Gallejones, archivero municipal de Portugalete, como a Alfredo Pérez Trimiño, autor del magnífico libro que encabeza esta entrada, su amabilidad al facilitarme ese dato que precisaba.
Y es que la historia de las ciudades se olvidaría si no hubiese quien nos la recordara.

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