viernes, 3 de febrero de 2012

Del siglo XVII al XIX


Resulta curioso darse cuenta de la cantidad de formas en que se puede mirar una ciudad. Cuando andaba buscando escenarios para Muerte dulce, para mí Bilbao no existía más allá de su trazado medieval.
Sin embargo, cuando conseguía sacarme la novela unos instantes de la cabeza y me acercaba a tomar un marianito a Plaza Nueva, me atraía la idea de cambiar de siglo. Salir del siglo XVII, en el que mi imaginación andaba instalada durante dos novelas y cuatro años, para adentrarme en el siglo XIX.
Así que decidí que en mi próxima historia viajaría a los tiempos de la Belle Époque... y allá que me fui.

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