Hay libros dulces y libros amargos. Libros que se devoran y libros que se paladean. Libros que cuentan y libros que hacen pensar. Libros que describen y libros que descubren. Libros que narran una historia y libros que rememoran la Historia. Libros de misterio y libros de amor. Lo más curioso de La ciudad de los ojos grises es que es todo eso al mismo tiempo, aunque pueda parecer contradictorio.
Es dulce por cómo está escrito, porque el estilo Félix G. Modroño es como un suave sirimiri que te va calando, calando y llegando al corazón
Si quieren leer el resto, pueden echarle un vistazo a su blog Juntando más letras.
Gracias, Lidia.
Como dice Lidia, dulce escritura la de su autor y amarga historia la de su protagonista. Recomendable lectura aunque a mí me ha dejado un poso de tristeza difícil de describir.
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